miércoles, 12 de agosto de 2009

Intermezzo

Era una época donde todo era menos abstracto. Solo puedo reconstruirla con los recuerdos escritos de muchas personas, y recuerdos hablados de pocas que ya no están. Parte de lo que yo sería, estaba disperso en ocho partes, y en ocho lugares diferentes que hablaban ocho lenguas distintas. La probabilidad de que yo existiera era insignificante. Fritz Kreisler y la Meditación de "Tahis", El Intermezzo de "Cavaleria rusticana" y la orquesta del Maggio musicale Fiorentino... Olor a madera, madera oscura y laca. Catgut y cerdas de cola de caballo.
Cosa curiosa, reunir un pasado irremediablemente pasado, en un SyncMaster 940NW, unas membranas de plástico que oscilan dentro de unas cajas... y recuerdos imborrables de la infancia.

2 comentarios:

  1. Es bueno escribir los recuerdos, para acordarte y para compartirlo mejor..

    El ocho es mi numero favorito.

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  2. A veces, no es fácil. Ni lo uno, ni lo otro... bueno, yo aún no he descubierto una preferencia de mi parte por ninguno...

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Letra chica

Aqui solo escribo ficción, y cualquier similitud o coincidencia con la realidad, solo es casualidad. ¿Quien puede decir cuando realidad y ficción se parecen? ¿Cuando coinciden? Yo solo diré que jamás he logrado separar la una, de la otra...

Entre el cielo y el infierno.

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Voy por la calle de los sueños...