Sobre la arena, y cerca de aquel mar, todas las veces el mismo, todas las veces diferente, esa tarde, sin saberlo y sin creerlo, mentí una vez más:
Ven, vamos a encender el fuego.
¡Que las llamas suban hasta el cielo,
cuando en ellas ardan,
tantos errores, ...y tanto miedo!
Cuando ellas se unan a las estrellas,
marcarán un camino.
Y amanecerá sobre las cenizas,
de aquello que fué, pero no ha sido.
Ven, que tu tiempo corre, y el mío se acaba.
Vamos a caminar, hasta que atrás, quede la pena.
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