domingo, 23 de agosto de 2015

Boca

Bea, sentada frente al televisor de cincuenta pulgadas en HD grita como poseída por algún demonio viendo los pases que se hacen los jugadores  de Boca. Bea es de Boca.
Y twitea... y los alienta... o los insulta según lo que ellos hagan. Y habla con el DT como si el la escuchara, Que saque a Perez y que ponga a Gago.

Sus padres la miran como sin comprender, como atrapados en otra cultura y otro tiempo, en el que esas cosas no ocurrían.   Ustedes no entienden nada, dice Bea y ellos intercambian una mirada cómplice. A ella  aún no le cayó la ficha de que pertenece a una especie que ha sobrevivido en este mundo y lo ha cambiado,  gracias a su capacidad de entender y adaptarse...

Salió Perez y entro Gago. Te amo le dice Bea a  Gago aprobando sus jugadas... Boca va ganando 2 a 1 y a Boca le va bien en este partido. Lo que no está  tan claro es, como es que le va al mundo...

sábado, 15 de agosto de 2015

Gregorio y el tiempo

Gregorio aún hace bien todas las cosas que hace, teniendo en cuenta su edad.
Todas excepto una. Orinar dentro del inodoro, sin que aproximadamente un dos porciento del volumen de líquido producido, se desvíe de la trayectoria esperada un valor medio de quince centímetros del destino previsto y caiga sobre las baldosas, en una de cada cuatro veces que ocurre el evento.

Gregorio todo lo traduce a números, casi tan bien como lo hacía cuando era más joven y calculaba estructuras dinámicas impulsadas por motores eléctricos y sistemas hidráulicos.

Sara lo regaña. Y lo desafió a que logre predecir hacia dónde ocurrirá el desvío: arriba, abajo, izquierda o derecha, al menos, en una de cada ocho veces. Sara cierra los ojos y sonríe, pensando en otro evento, el que ocurre con una frecuencia menor, pero que no registra fallas o errores. Y se sonroja un poquito...

lunes, 10 de agosto de 2015

Luisa

Luisa ya no brilla como antes. Como brillaba cuando era chiquita en aquel día en que no murió bajo las ruedas de la camioneta que por las mañanas, paraba en la puerta, para llevar a Bea a la escuela. La sacaron de allí justo antes de que el vehículo comenzara a andar y la aplastara, pero nunca supieron como había llegado a ese lugar devenido en casi fatal, quince años atrás.
Luisa está vieja y no brilla, pero se mantiene ágil y ronronea cuando está feliz y juega con cositas que encuentra por allí. Es tan fácil hacerla feliz a Luisa, basta, por ejemplo, con unas caricias en su cabecita o con un poco de calor, pero solo cuando hace frío.

¿Será que también es así para el resto del mundo, pero como cada uno lo complica convenientemente y a su manera, se autocondena a la infelicidad? La razón, ¿es razón de sufrir? ¿Será que todo está escrito? Si así fuere, no querré leerlo, y no querré pensar...

viernes, 7 de agosto de 2015

Encuentro

Dejó caer la blusa y quedó erguida frente a el. El bajó hasta quedar en cuclillas y le tocó suavemente los talones con las manos y mientras se erguía, recorrió casi sin tocarla, rozando apenas sus  piernas con los dedos, desde los talones hasta los hombros, la línea ahora imaginaria que tendrían aquellas medias antiguas.
Cuando llegó a las curvas de la cadera ya concentraban la energía del universo erizando la piel y cuando llegó a los hombros, sumergidos en la profundidad, mirándose a los ojos desde el primer instante, sintieron tensarse a cada uno de sus músculos cuando la penetró. Entonces el cosmos los hizo uno. Habían esperado durante cuatro millones de años ese encuentro.

martes, 4 de agosto de 2015

Ruth

Ruth lava la ropa y hace comida. Por las tardes, si son lindas y hay sol, saca viejitos que ya no caminan al patio. En el patio hay rosales desconcertados que florecen en invierno. Ruth dice que es por el calentamiento global, que se van a derretir los polos y que Venecia se va a hundir. Que nos vamos a inundar todos dice y que antes que eso pase, ella se va a volver a sus montañas, por que son altas y el agua no las va a tapar. Y claro, que podremos ir con ella, por que los viejitos ya se habrán muerto cada uno de lo suyo para cuando  el agua suba.

Letra chica

Aqui solo escribo ficción, y cualquier similitud o coincidencia con la realidad, solo es casualidad. ¿Quien puede decir cuando realidad y ficción se parecen? ¿Cuando coinciden? Yo solo diré que jamás he logrado separar la una, de la otra...

Entre el cielo y el infierno.

Mi foto
Voy por la calle de los sueños...