miércoles, 10 de enero de 2018

Palabras

Bueno, dijo, y sonrió. Voy a escribir  para ti. Y de pronto sintió calor, como un fuego de leños de roble, que abraza el alma, en el frío nordico de Kobuk.
Algo cambió. Como si dejara de lado la perfección de Jacha Heifetz en el vigésimocuarto capricho  y cantara  con Vanessa Mae en la romanza número dos, opus 50, del ilustre sordo de Bonn.
Ahora será como la eterna disputa entre los taninos amargos del cabernet y la dulzura del merlot, pensó. Ya no importa lo que digan los dioses. Solo importa aquello de lo que sean capaces las palabras.

3 comentarios:

Letra chica

Aqui solo escribo ficción, y cualquier similitud o coincidencia con la realidad, solo es casualidad. ¿Quien puede decir cuando realidad y ficción se parecen? ¿Cuando coinciden? Yo solo diré que jamás he logrado separar la una, de la otra...

Entre el cielo y el infierno.

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Voy por la calle de los sueños...