Está allá, no navega en el mar, ni ancla en el puerto.
Espera.
Y por él esperan.
Tal vez se llevó sueños propios y ajenos, tal vez trae a quien ha visto mil risas y lleva las cicatrices de mil lágrimas.
Tal vez augurio de los más dulces momentos.
Tal vez nada, solo pétalos de rosa encerrados entre las hojas de un libro.
Bajas las escaleras a la rada.
Miro las luces titilar a lo lejos, imaginando cual la de tu ventana.
Quien llega en el barco, y quien espera en la rada. No lo sabes tu, ni lo sé yo .