Principio del fin.
Tantos años después,
en el viejo, o en el nuevo mundo,
da igual.
Hoy ya no levantan el polvo tus pasos,
y el cemento es tan duro.
El ciprés se vuelve decrépito,
en su encierro.
Ya no te escucho,
en aquel murmullo que amé,
y aunque el amor siga intacto,
en un tiempo que ya no es.
Ya nada es, como ha sido.
Pero todo permanece allí,
en lo más profundo.
En ese lugar, de donde nadie lo podrá borrar,
sin destruirme.
De donde solo tu,
puedes rescatarlo.