Que hubiera sido si ellos, allá por el Silúrico, no hubieran tenido cinco huesos en sus aletas. No tendríamos cinco dedos en las dos manos.
Ignacy Paderewski, Swiatoslaw Richter, Maurizio Pollini, Gyorgy Cziffra, Vladimir Horowitz, Walter Gieseking, Wilhelm Kempff, Lazar Brenan, Claudio Arrau, Arthur Rubinstein, Martha Argerich...
Definitivamente, sería otro mundo, este mundo. Y definitivamente mi mundo, tendría otros sonidos.
Y si, la música es algo úncio e irrepetible.
ResponderEliminarSaludos
otros en el sentido de "mas" sentidos o de 5 diferentes??
ResponderEliminarDragon: A menos que esté grabada. :P
ResponderEliminar(mmm... bueno, uno ya no es el mismo cuando la escucha por segunda, tercera, cuarta... vez)
Mechi: tal vez sin cinco dedos, no solamente hubieramos inventado pianos diferentes, que sonarían distinto, ...todo sería diferente.
No los escuché nunca, de hecho hace muy poco que he descubierto el pianoforte. Pero tan rápido como me han tocado solo para mi, en privado, con sentimiento... todo se ha acabado y la música ha cesado en mi mundo. No hay más seres de dos manos de cinco dedos o incluso de los que tocan a cuatro manos.
ResponderEliminarAh, a mi me tocan en privado solo desde alguna grabación histórica o no tanto, pero más allá del medio, la ecualización, o la reconstrucción digitalizada, logran que todo se esfume y desaparezca, al menos por un rato...
ResponderEliminarNo sé qué sería de nosotros sin la música y sus interpretes que nos la acercan,la verdad,no lo sé.
ResponderEliminarEs la banda sonora de la vida,cada momento tiene una múscia con el que lo identificas.
Tanto si estás triste como si estás alegre es la mejor de las compañías y la única,a mi modo de ver,si estás melancólico.
Una habitación,un pianista que se olvide que estás presente en algún rincón de la estancia y se entregue a sentir lo que toca y...un mundo entero se abre a tí sin moverte del sitio.
Un gran abrazo
Mi mundo infantil guarda momentos mágicos gracias a Rubinstein.
ResponderEliminartisbe: es cierto, un mundo desaparece, mientras te internas en otro, diferente y único cada vez...
ResponderEliminarMaktub: y entonces puedo creer que no habrá Chopin, Liszt, o Schubert como los de tu infancia, como creo que no hay un Chopin, o un Liszt, o un Schubert sin la magia de Rubinstein...