Los dioses juegan a los dados,
cinco veces uno.
En mi pasaporte vencido
estampan un sello que duele.
Permiso de pintar mares profundos,
y de ver mañana el sol contigo.
No hay margen para cambiar de fecha,
tres veces dos, dos veces tres.
Sin corazón, no querré volver.
Espanta a la pena y toma el próximo tren,
a la Luna.
Mientras esperas que llegue,
ese día.
Dicen que "ese dia" siempre llega, que siempre hay un "proximo tren", y que la luna sigue ahí. Yo les creo.
ResponderEliminarLos dioses se entretienen a veces así,ajenos a lo que representa para los "peones"cada tirada de dados.
ResponderEliminarTodos los pasaportes vencidos,los destinos prometidos hacia mares profundos y amaneceres compartidos cuando pierden la vigencia y nos quitan el visado que nos permitía creer en ese destino...duele,ya lo creo que duele.
Precioso poema
Un fuerte abrazo
Los dioses, el azar y el dolor humano, los tres condimentos más difíciles de digerir en esta vida...
ResponderEliminar¡Brillante!
Saludos
Mechi: Yo tambien les creo.
ResponderEliminarTisbe: Ah, estos son fríos dioses nórdicos. Los del Mediterraneo y el Egeo no juegan a esas cosas. Y que haya que pedir permiso... conlleva las facetas más primitivas de los no-dioses, los mortales, nosotros.
Dragon: Si son condimentos, pues como condimentos: muy poco de cada uno, pero tampoco sin ellos.