Dejé de escuchar sus pasos junto a mí, y solo el canto triste del violín en la Romanza en Fa de Beethoven entretejió los recuerdos, que uno a uno aparecían y se esfumaban con el mismo inapelable anacronismo. En el lugar correcto, y en el momento equivocado. La perfección es una ilusión, y lo imperfecto a veces, es simple y grotesco.
¿Qué es lo que queda, si no queda nada? Pero pesa tanto.
Pocas palabras claras de explicar un texto breve.. que me dejana pensando ...en mi pensar........
ResponderEliminarPensar. Pensamientos. Una de las pocas cosas, que en este mundo, pueden ser absolutamente nuestras.
ResponderEliminarCuando no queda nada queda precisamente eso, nada.
ResponderEliminarCreía que habían abandonado el blog, un gusto volver a leerte!
Saludos
J.
Entonces, nada, no es exactamente eso: nada.
ResponderEliminarSolo viajo a otra dimensión, más nunca me he ido...