La ama en silencio y en soledad. Ama su pelo rojo y sus pecas.
Si funcionara la maquina del tiempo. Si lograra que funcione, él no haría que se fuera y luego no cantaría "...O mi señor, en este mundo, yo no he tenido tanto, pero estoy contento, O mi señor, yo te agradezco en cada cosa que he tenido, Gracias por todo aquello que has hecho por mi, pero si esta noche puedo hacerte una plegaria, haz que mañana, ella vuelva a mi..."
Y ella no volvería desde el lugar al que no se hubiera ido.
El ama su sonrisa, y su voz invitando a hacer cosas.
Si la gitana no se hubiera equivocado.
"...Toma esta mano, Zingara y dime que destino tendré. Habla de mi amor, yo no tengo miedo, por que se que ahora ya no me pertence. Mira mis ojos Zingara, ves el oro de sus cabellos, dime si ella corresponde a parte de mi amor, tienes que decirlo, eso te toca a ti. Pero si está escrito que la perderé, como nieve al sol se derretirá un amor..."
El cantaría... "Hasta hacer palidecer a todos los Marqueses de Sade, hasta hacer ruborizar a las putas del puerto, hasta hacer pedir clemencia a todos los ecos, hasta hacer temblar los muros de Jericó,
Te voy a amar.
Hasta hacer arder infiernos en tus ojos...
Te voy a amar..."
El ama su pelo rojo y sus pecas. Y su sonrisa. Ama su voz invitando a hacer cosas, cosas por él por ella y por el mundo o por el mundo, por ella y por él, en cualquier orden, da igual por que los tres son uno. El ama la fuerza que ella le dá, para construir montañas donde no las hay y para cambiar el mundo de lugar, si es necesario,
El ama lo que ve en sus ojos cuando se miran. y cuando ven al mundo.
que no se derrita.
no se derretira,
que no se derrita.
La nieve no se derretirá al sol.
Y entonces despertó.
Y entonces pensó en el viernes, en que cuando se encuentren, hablaran del contenido relativo de ADN de los nuevos híbridos y sus parentales, del nuevo citómetro de flujo, o de alguna otra cosa tan importante para el programa y la tesis, y tan intrascendente para su verdadera razón de ser.
Ella está con el... pero no volvió, por que nunca se fué de ese lugar único en el que nunca estuvo.
....
Gracias Edoardo Vianello, Iva Zanicchi y Michel Sardou por haberme hablado de ellos. En otro tiempo. Sin tiempo.
O Mio Signore
Zingara
Je vais t'aimer
