El sonido de los pasos se pierde en la noche húmeda. No hace frio, pero el lo siente, más allá de la piel.
Piensa en los que habrán caminado esas piedras y bajado aquellos escalones. Piensa y se recuerda diciendo: "...esta noche brindo con la luna para que cuando me emborrache, sus lágrimas brillen en tu pelo y cuando en el amor seamos uno, en el abrazo, queramos que ese instante sea la eternidad..."
Tiempos idos, tiempos dorados en su vida, en los que fuiste su dulce sueño.
La luna brilla en el agua.
Llegó. Abrió la puerta, y al entrar lo recibió el golpe de aire caliente, el bullicio, la música, y la alegría en tus ojos.
Una alegría volver a leerte!
ResponderEliminarUn beso
los encuentros... pura magia
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